7 de enero de 2010

Quisiera decirle que sin él me muero, quisiera decirle que lo amo. Quisiera decirle que no me importa si es mío o no, que voy a estar con él pase lo que pase. Quisiera decirle que no sea tonto, que me mire a los ojos y se de cuenta que no le miento y que lo único que necesito en este momento es a él. Quisiera decirle que sí, que por primera vez en mi vida quiero quedarme en un lugar con él. Quisiera decirle que a mi tampoco me importan las formas, que nada más tengo ganas de estar con él, hablar con él, reírme con él, nada más. Quisiera decirle que sí, un enorme sí, decirle que no conocí el amor hasta que lo conocí a él. Quisiera decirle que todo está muriendo lentamente. Quisiera salir corriendo y decirle que no lo quiero dejar. Quisiera decirle que lo extraño tanto. Quisiera decirle que es tan especial para mi. Quisiera decirle que sí, que no sé ni cómo ni por qué me pasa, pero estoy muerta de celos. Quisiera decirle que no se valla. Quisiera decirle que nadie me gusta como él. Quisiera decirle que no se enamore de otra, quisiera pedirle que no me olvide. Quisiera decirle que sólo puedo ser feliz con él. Quisiera decirle que lo necesito conmigo. ¿A dónde va lo que queres hacer y no haces? ¿A dónde va lo que queres decir y no decís? ¿A dónde va lo que no te permitís sentir? Lo que no decimos se transforma en insomnio, en dolor de garganta. Las palabras que no decimos se transforman en tristeza. Lo que no decimos no muere, nos mata. Lo que no decimos se transforma en un veneno que mata el alma.

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