28 de abril de 2010

Ella te da su amor, tú duermes con dudas. Ahora ves que la costumbre no es lo que aparenta ser. Es tan sincera, contraria a mis defectos, pero sigo siendo la mala que no dejas de querer. Ella no entiende el procedimiento, cuando y cómo darte un beso; Yo en cambio encuentro el punto débil, que te elevas en exceso. Ni siquiera se imagina de ese pacto misterioso con tu alma y tu cerebro. Tendrías que volver a nacer, para ver si en otra vida te enamoras de ella. No tiene la táctica adecuada para arrancarme de tu pecho. Yo, que te fallé a ti mil veces, sigo siendo tu dueña. Que me pregunte cómo te conquisté, que anote mis truquitos en papel. No bastan los morales, y ser fiel. Si tú deliras por la mala que te eriza la piel.

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