30 de enero de 2010

Me resulta imposible sacarlo de mi cabeza. Un camino de ida y vuelta que termina en la cerveza, en la cerveza. Pero que nunca aterrizan, metáforas como cuentos sin moralejas. Del quinto piso está chistándome una vieja, que como yo, ya se olvidó de las sonrisas. Un verso triste que me acaban de vender, y los zapatos que me aprietan el talón. Disculpen que sea tan triste mi canción, es que no lo volveré a ver.
Y tengo miedo a equivocarme, a sufrir ser lastimada
. Equivocarse es algo humano, pero amarte es un pecado, es un pecado. Y ruego a Dios que esto termine, para poder ser la de antes, que no llora por hombres y tiene siempre un amante, siempre un amante. Porque conozco yo el calibre de tus besos, ya no me dejo asesinar por esa boca. No pongo un pero más por vos, no tengo un peso. Mejor le cedo a otra el turno que me toca, que me toca.

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Tiene veinte enemigas, dos amigas