18 de febrero de 2009


Sé que un día te dije que jamás iba a fallarte pero hoy, no sé ni en donde estoy, menos a donde voy. No puedo prometer un “por siempre”, ni siquiera sé si puedo un “hoy”; todo lo que diga esta noche olvidalo. Soñaré contigo si puedo dormir, las noches son largas desde aquel día en el que yo te conocí. O nací enamorado o en verdad nunca lo he estado; y no es que no crea en el amor simplemente asi soy. Si decir “mañana” es predecir y decir “perfecto” es mentir, porque no mejor sentir estos labios, estas manos; que no paran aunque estoy tan débil de intentarlo y fallar tanto. Mi ángel de la guarda, aguarda en tu cama. Lo envié a cuidarte, por tú bien alejarte para siempre de mí. Y no me arrepiento de nada que hice ayer, me arrepiento de lo que pude haber hecho, haber dicho y ya no podré hacerlo JAMÁS.
Quizas, quizas, tus labios nunca pueda besar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tiene veinte enemigas, dos amigas