14 de enero de 2010

A tí, que me enseñaste el odio & el rencor. Te pido ahora que le enseñes a olvidar a este corazón. Que tanto le ha costado aceptar que ya no volverás, & es que no hay dolor que duela más que el de tu felicidad. A tí, que me enseñaste a nunca perdonar, te doy ahora mi perdón por haberme echo tanto mal. Contigo aprendí que siempre es mejor no demostrar, ni sentimientos, ni dolor, lo que había en mi corazón. Contigo aprendí a ser más fuerte & no llorar, aunque me parta el alma que te vayas no te lo voy a demostrar. Porque me acostumbraste a sufrir, me acostumbraste a dar sin recibir. Contigo aprendí que siempre se puede ser feliz. Y aunque de mi nunca vas a escuchar palabras que hablen mal de tí, tan sólo te guardaré rencor, deseando todo lo peor. Como lo aprendí de tí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario