¿Vieron cuando están al borde del llanto por una persona que aman pero que no es correspondido? Bueno, yo estaba así, estaba. Con amigos decidimos salir, y fue buena ocación para olvidar aquel chico que me lastimó, olvidarlo con quién fuera, pero sacarlo de la mente por al menos segundos. Y asi fue. No sé cómo pasó, fue tan rápido que no sé casi ni cómo llegó. Lo ví, y lo reconocí, lo veía por segunda vez, y por segunda vez iba a rozar mi boca la perfección de la suya, lo sabía, lo presentía. Y gracias a lo que fuera me envolví, me envolví en algo que no me tendría que haber envuelto porque era para una noche y nada más, aunque tal vez lo vuelva a ver, ¿quién dice que no pase devuelta lo que esa noche pasó? Aunque alguien cercano a mi sufriera, estaba feliz, porque yo estaba feliz. Y fue tan lindo ver sus ojitos celestes abrirse, mirando con cara de ternura cuando no era tal vez el momento, pero asi fue. Y no miento si digo que lo olvidé por completo, por completo esa noche me olvidé de él. Me olvidé de todo lo que un día pasé con él, me olvidé de todo lo que lo quise y todo lo que lo quise querer. Me olvidé de cada uno de sus besos que pasaron por mis labios, me olvidé de su perfume, de sus manos. Y mis manos otras manos las tocaban, otras manos mi cuerpo acariciaban, otra persona me deseaba. Otra persona que llamaba al amor, con sólo un beso me robaba el corazón. Tan sólo con un beso el eje me partía, yo ya era suya dudas ya no habían. Y fue tan raro sentir otra persona llegando a lo que él un día llegó, a hacer sentirme suya cuando no era de nadie, no era de nadie más que del otro muchacho que me enamoró. Era precioso, creo que rozaba la perfección, y sus besos me hacían tocar con las manos el cielo, sus manos que llegaron al sin fín, los detalles que no hace falta decir. Sólo el nombre, sólo el nombre se sabe de él, del chico al que le rindí denuevo un poco el querer.
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