29 de octubre de 2009

Recuérdame cuando duermes y adivino lo que sueñas, cuando lejos de nuestra cama es a mí en quién piensas. Recuérdame. Recuérdame cuando parta y no regrese a nuestra casa, cuando el frío y la tristeza se funden y te abrazan. Recuérdame. Recuérdame cuando mires a los ojos del pasado, cuando ya no amanezca en tus brazos. Y que seas invisible para mí, para mí. Recuérdame amándote, mirándote a los ojos, atándome a tu vida. Recuérdame amándote, esperándote tranquila, sin rencores sin medida. Recuérdame, recuérdame que mi alma fue tatuada en tu piel. Recuérdame cuando sientas que tu alma está inquieta. Si el deseo y tu amor no me calientan. Recuérdame. Recuérdame cuando mires a los ojos del pasado, cuando ya no amanezca en tus brazos y que seas invisible para mi, para mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario